domingo, 29 de septiembre de 2013

ESTRELLAS Y BARRO: NOCHE PERFECTA

La noche del sábado puedo decir que fue perfecta. Maravillosa. Inigualable. La noche del sábado fue diferente. Increíble. Indescriptible. Fue una noche de adultos divirtiéndose como niños. Una noche bajo las estrellas con gente a la que quiero. Una noche donde el día, la luz del sol, el trabajo o el colegio quedaban demasiado lejanos como para pensar en ello. Fue una noche eterna, una noche mágica. No fue la noche de San Juan, fue la noche de los four wheelers. 

Yo estaba a punto de ponerme el pijama y bajar al salón, para empezar la noche, una noche con su sesión de cine y su dormirse en el sofá, pero no fue esa la noche que tuve, sino una mucho más llena de barro, motor y amigos. A eso de las nueve, nuestros amigos llamaron a mi padre para ver si quería ir con ellos a hacer Mudding, este Mudding no es con los tracks, sino con  four wheelers, y es algo increíble, y más durante la noche, bajo las estrellas, con el viento, y las vacas, sí, las vacas. Porque anoche nos encontramos vacas. 

Y como mucha gente sabrá, siempre que voy a un sitio nuevo, es moda que nos perdamos, así que ayer no fue una excepción, y nos perdimos. Normal, de noche todos los caminos son iguales, todos los árboles son iguales, y el río, también es igual. Así que después de dar vueltas y vueltas, nos encontramos, conseguimos llegar a un camino, y volver a casa.

Fue una noche diferente, una noche inolvidable. Es algo que en España no tengo, es una de las muchas diferencias en mi vida, como comer a las doce y cenar a las cinco, como escuchar el himno americano en los partidos de fútbol, o como no tener el mar ahí, a mi lado, respirando un aire con sabor a sal cada vez que paseo por la playa. 

Una nueva semana va a empezar en unas horas, y desde aquí, desde mi casa, desde Kentucky, os digo que lo mejor que podéis hacer es disfrutar de lo que tenéis, apreciarlo y amarlo, porque algún día no va a estar. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

FAMILY MOMENTS

La vida de un estudiante transcurre entre página y página de los libros de texto, transcurre lamentándose de que es lunes y deseando que sea viernes, transcurren los días con monotonía, sabiendo que nada diferente va a ocurrir, excepto ir a clase, estudiar y dormir. Sin embargo, ahora mi vida de estudiante es diferente, vale, confieso que maldigo al móvil cuando suena por las mañanas, pero en cuanto pongo un pie fuera de la cama, tengo mucha más energía, como si por la noche las pilas de todo mi cuerpo se recargasen al 200%, y estoy lista para un nuevo día, un día con los amigos, con la familia, con las mascotas, con los maratones de Supernatural de los viernes por la noche, con los pequeños detalles que se convierten en parte de una vida que no predices, una vida que no sabes que te espera a la hora siguiente, porque cada día es diferente, cada día haces algo nuevo, algo divertido, no existe un horario para mis tardes. 

Desde luego que echo de menos, echo de menos a mis compañeros, a no tener que cambiar de clase cada vez que suena el timbre, echo de menos el pescado fresco y los huevos caseros, pero todo eso lo voy a volver a tener, en unos meses mi antigua vida, esa vida circular, esa vida sin baches volverá a ser la mía, pero esta vida, mi nueva vida, sólo durará nueve meses, y nunca más la volveré a tener, y eso me duele, me duele porque no voy a volver a oír por megafonía los resultados de los partidos de la noche anterior, ni los nombres de los estudiantes que cumplen años, no voy a volver de clase en un autobús que me para delante de casa, ni voy a abrir la puerta y ver un gato ronroneando, no voy a volver a maldecir la corriente americana, ni a alegrarme cuando mi hermano hace un touchdown, lo único que entiendo de fútbol. Pero no quiero pensar en el futuro, no ahora, no quiero pensar en un futuro sin ellos, claro que no quiero un futuro sin mi familia de verdad, mi familia de sangre, por eso desearía poder empaquetar a todos ellos, empaquetar todos los recuerdos y llevármelos de vuelta, porque si ya quiero ahora, no puedo ni imaginarme como me sentiré dentro de nueve meses, dentro de un embarazo, al despedirme, claro que voy a volver, lo prometí, lo prometo y lo prometeré, pero no será lo mismo, porque yo soy hija, soy hermana y ellos son padres, son hermanos.




Estas tres son parte de las fotos que nos sacamos el sábado pasado, la verdad es que estoy deseando ver el resto. El sábado pasado, la verdad es que hicimos mucho más que sacarnos fotos, pasamos unos momentos en familia increíbles, unos momentos especiales y llenos de magia, fuimos al Natural Bridge por la mañana, y después de las fotos a patinar y a cena.







Después de todo el tiempo que he pasado aquí, que he pasado con ellos, con mi familia, puedo decir que me siento muy afortunada por la familia que tengo.




martes, 10 de septiembre de 2013

WHERE EVER I GO, I PROMISE TO STAY THE SAME

Hay fragmentos de canciones, que te recuerdan a momentos, para esta experiencia, para el comienzo de esta experiencia, la canción que me recuerda a lo que estoy viviendo aquí es la de In my veins, de Andrew Belle: Nothing goes as planned./Everything will change./ Nothing stays the same. /And nobody here's perfect. Porque es cierto, nada es como lo he planeado, como me lo había imaginado, todo ha cambiado en mi vida, y nada es igual a mis vivencias en España, y por supuesto nadie es perfecto, y eso me incluye a mi. Con todo, no quiero decir que porque no sea como me lo había imaginado, sea malo, aunque mejoraría un par de cosas, de las cientos que podría contar ahora mismo: Tener mar y las normas del instituto. No poder ir de pantalón corto y de tirantes me cuesta, sobre todo con el calor que hace aquí, pero pronto va a llegar el frío, según dicen para la primera semana de octubre ya dan nieve, pero supongo que será exageración.

Notas que eres más parte de la familia cuando un hamster que antes era de tu hermano ahora vive en tu habitación, o cuando tu hermana te cuenta sus "secretos", aunque tiene una ventaja contármelos a mi, y es que como no me entero de todo, no se lo voy a contar a nadie, aunque desde luego no lo haría si me lo dijera en español, o si yo tuviera un completo dominio del inglés.

El próximo sábado tenemos una sesión de fotos, los seis, debe de ser una tradición familiar, porque lo llevan preparando un montón de tiempo, así que ya os contaré.

Aunque hoy tenía poco que contar, una cosa muy importante es que aunque cambie, aunque aprenda a ser independiente, aunque descubra nuevas aficiones, aunque madure, seguiré siendo la mima persona, la misma que decidió vivir el sueño americano, seguiré teniendo la misma personalidad, el mismo carácter, los mismos gustos, limados, purificados, quizás durante este año aprenda a contar hasta tres antes de decir las cosas, aprenda a pensar desde otro punto de vista, pero yo soy yo, y un año cambia muchas cosas, pero seguiré enamorada de Mentes Criminales y de Castle, seré la primera en dar los saltos más altos esquiando, me emocionaré al ver un drama y adoraré a los animales. Seguiré siendo yo, más educada, espero, más inteligente, espero, y con miles de buenos recuerdos que jamás podré olvidar, espero. Pero también espero que la gente que dejé en España no cambie, no se olvide.

Hoy es 10 de septiembre de 2013, mañana a las 8:46 se cumplirán 12 años desde los atentados a las Torres Gemelas, al Pentágono y a un avión en Shanksville, Pensilvania. 


domingo, 8 de septiembre de 2013

FIN DE SEMANA

Un fin de semana y miles de historias que contar. Sólo dos días, pero miles de paisajes que conocer. Sólo son 48 horas, pero miles de momentos que recordar. Y cuando se trata de fines de semana en un país diferente, el tiempo se hace poco, y las aventuras aparecen a puñados.

Te das cuenta que las cosas que en unos sitios parecen normales, en otros son completamente remotas, en mi familia nunca han ido a la playa, y yo no consigo entender el gusto que tiene todo el mundo al fútbol americano. Aquí es normal ir a casa de unos amigos a las doce de la noche y hacer cookies, pero sólo viernes y sábado, porque cuando al día siguiente hay clase, en cama a las diez, como muy tarde.


Después de nuestros 6km de paseo

Nadando en el río (la calidad, como se puede apreciar, no es muy buena)

Sesión de fotos.


Autobuses amarillos

Ayer fuimos de nuevo a coger tortugas, sí, yo también opino que es una afición un poco rara, pero te acostumbras, y le acabas cogiendo el gusto. 

 MONSTER, o Manuel

Esta es Manuelita, momentos antes de devolverla al lago

Manuelita iba a ser nuestra nueva mascota, pero finalmente decidí dejarla en el lago, era demasiado pequeña, y agresiva.

Un fin de semana más, o un fin de semana menos.

jueves, 5 de septiembre de 2013

DIFERENCIAS QUE HACEN ALEGRÍAS

A pesar de que todos los días tienen 24 horas, aquí los días parece que tienen menos, que los minutos en vez de sesenta segundos tienen treinta y que las horas en vez de sesenta minutos tienen treinta. Parece que los días duran un parpadeo (y no como los de Bretón, sino como los de una persona normal). Me sorprendo cada día de que puedo recordarlo todo, todas las conversaciones y todos los paisajes. Me sorprendo de lo mucho que aprendo y de lo que me gusta, los profesores nos enseñan sin que nos enteremos, sin que nos cueste, nos enseñan a entenderlo, a razonarlo y a no olvidarlo. Nos enseñan a que ir a clase es divertido, y necesario. Nos enseñan que ir a la universidad es un gran paso en nuestra vida, pero que no es necesario darlo. Nos enseñan a tomar decisiones, a participar y a deducir las cosas nosotros antes de que nos las expliquen. Pero sobre todo nos enseñan a ser nosotros mismos.

La mejor parte de ser un estudiante de intercambio es hacer amigos nuevos, gente de muchos países diferentes, gente con la que compartir tu cultura, tus impresiones y un año muy importante de tu vida, pero que sabes, que a pesar de la distancia, cuando cada uno esté de nuevo en su país, seguirá el contacto, porque compartimos algo muy importante: estamos viviendo lejos de nuestras familias, porque hemos decidido conocer y aprender algo diferente.

En el High School con algunos amigos.

Pero hay más que lo amigos, y es una familia, una familia que será nuestra segunda familia para toda la vida, porque los amigos se van, con el tiempo se pierde el contacto, se encuentran otras personas a medida que pasan los años, diferentes universidades, diferentes trabajos, incluso puede que diferentes ciudades, pero la familia es la familia, y seguirá ahí, para siempre. Porque no comparten mi sangre, no compartieron su vida con la mía desde que nací, pero es mi familia. Y se que en unos años, volveré a Estados Unidos, puede que por placer, por trabajo o por necesidad, y cuando vuelva, aunque tenga poco tiempo, aunque me cueste una vida, los visitaré, porque a la familia hay que visitarla. 

Hermanos americanos

Padres españoles

Un océano de distancia, dos países distintos y dos lenguas distintas, pero una misma palabra para describirlos: familia.

lunes, 2 de septiembre de 2013

EVERY TIME IS A GOOD TIME

Viernes 2 de agosto de 2013. 23:30. Después de más de un día de vuelo. Después de cruzar el Atlántico. Después de nervios, emoción, alegría y una pizca de tristeza por dejar atrás toda una vida, toda mi vida, aterrizaba en el aeropuerto de Lexington, Kentucky un avión procedente de Atlanta, en ese avión iba yo. Estaba muy nerviosa, muy impaciente y muy feliz. Todo junto, todo envuelto con mi corazón, sonará cursi, pero es así.

Lunes 2 de septiembre de 2013. Un mes, ha pasado un mes. Llevo aquí un mes y recuerdo todos y cada uno de los momentos que pasé aquí. Todos. No se me ha olvidado nada. Todo a sido perfecto, todo a sido como si nada hubiese cambiado, como si no viviese en un país diferente con una familia diferente, llevo aquí un mes pero es como si llevase una vida, pero a la vez como si llevase dos días. Parece que fue ayer cuando llegué, pero todo me resulta tan cómodo y familiar que es como si ya lo hubiese vivido, como si ya hubiese pasado un año aquí, como si esta no fuera el primer mes de mi vida en esta casa.

Durante el mes que llevo aquí, he ido a cientos de partidos de fútbol. He nadado, jugado con barro, pero lo más importante es que he aprendido. He aprendido a sorprenderme cuando cada vez entiendo mejor el idioma, he aprendido a sorprender cuando mi hermano pequeño dice que soy la mejor del mundo por comprarle palomitas, cuando mi hermano mayor dice que parezco una sirena cuando puedo aguantar tanto debajo del agua o cuando mi hermana y yo cogemos el móvil para hacernos fotos . He aprendido que no aprende quien no quiere, que América es un país muy grande con gente muy grande, que quizás este no sea un estado en el que dijeras de vivir si te dejasen escoger cualquiera, pero aquí tengo una parte de mi vida. 

Este mes ha sido para conocer, para iniciarme en mi nueva vida, esta ha sido una pretemporada, me quedan nueve meses aquí, y van a pasar a la velocidad de la luz si son tan maravillosos como este que hemos dejado.










Noche de fútbol en el Instituto. Sí, los colores de mi High School son el azul y el blanco, vaya coincidencia.
 

Paseo por el río. 

Esto es lo que pasa si no vigilas el móvil.


Todos los momentos son especiales, todos los momentos son divertidos, todos los momentos son diferentes, lo único que se necesita es apreciarlos, tratarlos con mimo y con cariño, cuidarlos, que no se vayan, porque cuando se van es cuando empieza el olvido, cuando no nos acordamos lo ricas que estaban las magdalenas que hicimos por el cumpleaños de nuestro amigo o lo bien que se estaba en el agua del río. Cuando dejamos irse a los momentos, se van para siempre, porque los momentos, como el tiempo, no los podemos recuperar, por eso alguien dijo un día "Carpe Diem", y con acierto, porque lo mejor que se puede hacer es vivir el momento, como el mejor que hemos pasado, sin pensar en lo que estarán haciendo los demás, en lo que estarán viendo los demás, porque puede que sea el más precioso de los paisajes, pero lo que estamos viendo nosotros, es nuestro, por eso todos los momentos son buenos, porque todos nos sirven para aprender, para mejorar y para evolucionar, porque nos ayudan a madurar y a avanzar, a formarnos y a entendernos, porque los momentos, son la única cosa en el mundo que no se puede compartir a menos que se esté presente, porque puedes decir que el paisaje era muy bonito y que viste a mucha gente, pero a nadie le importa lo que pensaste, lo que sentiste o incluso lo que oliste en ese momento, en ese instante que aunque no fue el mejor de tu vida, se quedó ahí, en tu memoria y en tu corazón, para siempre.

Because in the end they´ll be just memories.